En la Palabra de Dios se describen los vientos provenientes de los diferentes puntos cardinales: Norte, sur, este y oeste. Estos vientos no sólo pretenden detallar situaciones naturales sino que tienen una connotación espiritual para aplicar en nuestras vidas y saber que vientos vienen soplando. A continuación detallaremos brevemente cada uno de los vientos:

1.VIENTO DEL ESTE O VIENTO ORIENTAL. También la Biblia menciona a este viento como “viento solano”. Este viento representa: un viento de destrucción y devastación.

Génesis 41:6, 23, 27 “… abatidas del viento solano”
Exodo 10:13 “… el viento oriental trajo la langosta”
Salmos 48:7 “con viento solano quiebras…”
Ezequiel 17:10 “¿No se secará del todo cuando el viento solano la toque?”
Ezequiel 19:12 “… el viento solano secó su fruto”
Ezequiel 27:26 “… viento solano te quebrantó”

Al leer estos pasajes bíblicos sobre este viento, vemos la connotación de destrucción y devastación. Estos vientos traen juicio, castigo, que produce muerte, deterioro, retroceso.

2.EL VIENTO DEL OESTE O VIENTO OCCIDENTAL. Este viento representa: Un viento de liberación. Dios mismo sopla para traer sanidad y limpiar la atmósfera de toda plaga.

Exodo 10:19 “trajo un fortísimo viento occidental, y quitó la langosta…”
Es importante destacar que Exodo 10:13 dice que el viento del este u oriental trajo la langosta.

3.EL VIENTO DEL NORTE. Este viento representa un viento limpiador y refrescante.

Job 37:9, 21-22 “dorada claridad”, “frío o fresco”
Proverbios 25:23 “el viento del norte ahuyenta la lluvia”

Estamos viendo el viento que nos traer frescura al alma, momentos donde depositamos nuestro cansancio en las manos del Creador y eso nos impulsa a seguir adelante.

4.EL VIENTO SUR. Representa: Un viento agradable, sosegador, que trae paz.

Job 37:17 “… sosiega la tierra con el viento del sur”
Cantares 4:16 “Aquilón” = viento del norte; “Austro” = viento del sur.

Este viento nos trae seguridad de que Dios esta en control de todas las cosas, no tenemos temor, avanzamos en paz y tranquilidad, el Señor dice, yo soy poderoso, camina conmigo, no temas.

EN RESUMEN
Además del soplido de los vientos naturales, los cuales por cierto tienen un significado espiritual como hemos visto, existe un viento superior que es el viento del Espíritu Santo, el cual es totalmente sobrenatural. Es el viento que entró el día del Pentecostés donde todos los 120 fueron llenos del Espíritu. Es el viento que siempre nos envuelve de amor y ternura.

En el conocido pasaje de Ezequiel 37, vemos que en una situación desesperada, desértica, el profeta hizo algo que Dios le dijo en el versículo 9: “Y (el Señor) me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos y vivirán”

Aquí es conveniente diferenciar la palabra “espíritu” con minúsculas y “Espíritu” con mayúsculas. La primera se refiere a la situación que estaba necesitada del toque de Dios, la segunda se refiere al Espíritu Santo de Dios, qué imparte vida.

Lo que sucedió aquí es que hay una sumatoria de los cuatro vientos (norte, sur, este y oeste). Meteorológicamente hablando es imposible que los cuatro vientos soplen a la misma vez sobre un mismo lugar, pero por lo leído vemos que el Espíritu Santo puede hacerlo, para impartir vida sobe algo muerto, seco, desértico.

¡Imagine la intensidad del viento de Dios como puede ser! Es un torbellino inexplicable el cual retira la muerte y trae la vida. Es el mismo Dios, como sopló vida sobre Adán, así esta soplando vida donde no la hay.

Para terminar, le comparto otro pasaje que nos muestra lo que hace el viento del Señor. Leemos en Números 11 que el pueblo se estaba cansando de comer maná y sucedió lo siguiente: “Y vino un viento de Jehová, y trajo codornices…” (Número 11.31). Independientemente de analizar lo qué sucedió después (Números 11.33-35), lo que estamos tratando en este estudio es el alcance del viento del Señor.

El viento de Dios trae algo del cielo a la tierra, para suplir una necesidad, para resolver un problema de hambre o para echar fuera un destructor, o hasta para retirar una plaga.

¡Qué el viento de Dios sople y se lleve esta peste! En este momento debemos orar y pedirle a Dios que sople en nuestros hogares, caminar por toda tu casa, profetiza, hijo de hombre, profetiza, dile a ese virus que salga de la atmósfera donde vives, que tu colonia, barrio, ciudad, quede libre de esa plaga, la promesa esta vigente: Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada (Salmos 91.9-10).

Estamos frente a la manifestación de Dios más grande que jamás hayamos visto: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos (2 Corintios 4.13). ¡Profetiza hijo(a) de hombre… profetiza!

Con amor… Dr. José Félix!!

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