LA VOZ GENUINA DEL PROFETA

La voz genuina del profeta

Dios le dice al profeta: Ve, pues, ahora, y escribe esta visión en una tabla delante de ellos, y regístrala en un libro, para que quede hasta el día postrero, eternamente y para siempre (Isaías 30:8) quedando claro que la voz de Dios no era solo para esa generación sino para todos los tiempos.

El verdadero profeta está llamado a ser la voz de Dios para su generación. Su misión es llevar el mensaje al pueblo de Dios, de tal manera que lo escuchen y lo obedezcan. Por lo tanto, necesita estar arraigado profundamente en la Palabra de Dios. El fin es que encontrarnos el camino correcto, ubicarnos, identificarnos a nosotros en el tiempo, para revelarnos la verdad. El propósito de la voz de Dios es mostrar lo que está mal en nosotros, pero también mostrar lo que está bien y como ser cada día mejores en este mundo.

El mensaje de nuestro Dios es para arrepentimiento al mundo, pero para dirección a sus hijos. El Padre nos alienta, trae inspiración, nos empuja a buscar más de su presencia y ser edificados para ser cada día más relevantes siendo la imagen visible del Dios invisible.

El aspecto de la profecía por voz del profeta es para anunciar el bien y la reprensión a causa de la falta de arrepentimiento. En todos los tiempos se han levantado “profetas” que confunden a las personas, extremistas con palabras de juicio, con dirección falsa, que inclinan a las personas a un camino incorrecto.

Como resultado de todo el daño que los falsos profetas han hecho y están haciendo a la iglesia de Dios, hay una tendencia a concentrarse en lo que Dios NO esta hablando. ¿Porque sucede esto? Por la ignorancia de los “profetas”, falta de entrenamiento, la NO sujeción a una autoridad genuina donde rendir cuentas, pero también por la búsqueda del brillo personal que deja la fama.

El verdadero profeta debe exhortar, consolar y edificar (1Corintias 14.3), no añadiendo ni quitando lo que Dios esta hablando. Tratar de ajustar la profecía a lo que “pensamos” debemos decir es caer en una “falsa profecía” de lo cual el Señor juzgará al falso profeta.

El trabajo del profeta es transmitir la Palabra de Dios en el equilibrio adecuado. Dios nunca dice nada negativo solamente, también presenta el lado positivo. Debemos lidiar con lo negativo, pero debemos enfocarnos en lo que es correcto en nuestro caminar con Dios.

La gente sin Cristo no entenderá una palabra de confrontación hasta que el Espíritu Santo abre su corazón para que escuche y entienda. El nuevo nacimiento trae la capacidad de interactuar de manera continúa con el Espíritu Santo y recibir toda la información del trono de nuestro Dios.

Estoy seguro de que Dios no se sorprendió ante los hechos de Adán y Eva en el Jardín del Edén. Él no estaba parado en los cielos frotándose las manos, preocupándose por lo que haría a continuación. El plan de Dios siempre se construye en la eternidad y no puede ser destruido por el tiempo.

Parte del mensaje del profeta es mostrar lo que se está haciendo bien o mal, y el impacto que tendrá en el entorno en que se esta moviendo. Dios vive junto con nosotros los procesos por los cuales pasamos, y el profeta es la vasija profética que nos dará el panorama que esta en el cielo para nosotros.

La voluntad de Dios es la salud del universo. Dios es la armonía en su creación. Él es la paz para todo ser humano. El mensaje del profeta no es, ni puede ser, una nota personal. Al estudiar a los profetas del Antiguo Testamento veremos que el mensaje no se originó con ellos sino en el corazón de nuestro Creador. Es trabajo de Dios conectar al profeta con el mensaje que quiere impartir a su pueblo. ¡Nunca se deja en manos del profeta!

¿Cuál es el desafío de aquellos que anhelan formarse VASIJAS PROFÉTICAS en las manos de Dios?
– Formarse y capacitarse en el campo profético.
– Anhelar pasar de ser una persona común a una persona relevante.
– Elegir invertir en su formación, tiempo, esfuerzo, educación, dinero.
– Buscar vivir en una ambiente profético en su vida personal.
– Pedir a Dios mayor intimidad con el Espíritu Santo, esforzarse a pasar tiempo de calidad con él.
– Dejar de pensar en forma natural y transformar la mente en una mente poderosa.

¿Estas lista? ¡Dios mirará tu esfuerzo y te recompensará!

Con amor… Equipo de #compañiaprofeticaNR

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