EL FLUIR PROFÉTICO EN TIEMPOS EMERGENTES

Los ministerios proféticos ya están ejerciendo su llamado y sirviendo a la iglesia del Señor. Tenemos experiencias muy impresionantes en tiempos emergentes de la función profética ayudando, dirigiendo, trayendo consolación, exhortación, edificando a la iglesia. El beneficio mayor de este mover profético es que llevará a los hijos de Dios a una madurez a través de:
a.    La restauración de todo lo que tiene que ser establecido (Hechos 3.21). Esta es una de las funciones más importantes de los ministros proféticos, aún faltan algunas cosas que necesitan ser restauradas para que el Señor venga en su segunda venida. Nos queda claro que la iglesia debería ser restaurada en la dimensión de santidad y pureza con que recibirá al Señor en las nubes. 
b.    Un despertar para atender a las demandas de Dios (2 Pedro 1.19). La palabra profética más segura es la misma palabra escrita que Dios nos ha dejado como un legado de instrucciones para que nos vaya bien en la vida. Los ministros proféticos tienen la facultad de tener la revelación de la palabra, son inspirados para trasmitir las verdades que Dios desea establecer en su iglesia. Mediante la iluminación del Espíritu, el pueblo tiene que obedecer las demandas de Dios para cumplir su propósito eterno en la tierra.
c.    Revelación de los propósitos del Señor para hoy (Hechos 15.32). ¡Qué labor tan importante! Dios nos da el logos de su palabra escrita mediante la santa Biblia, pero los detalles personales los trae por medio de personas proféticas que entregan las instrucciones que Dios desea que cumplamos como propósito de vida. Estas instrucciones son con el fin de ayudarnos a caminar con eficiencia en nuestro destino. Personas proféticas imparten palabra de ciencia, sabiduría, profecía, donde traen los detalles que el Padre desea que conozcamos. 
d.    Establecer un verdadero fundamento bíblico (Efesios 2.20). Los apóstoles y profetas ponen el fundamento para que levantemos nuestro edificio espiritual. Somos edificados por medio de las verdades de sus principios y valores, para caminar en la justicia divina y dar los frutos correctos en nuestro caminar con Cristo. Aunque todos tenemos el maravilloso Espíritu Santo en nosotros y somos iluminados para entender las verdades divinas, sabemos que los ministros proféticos son los enviados por Dios para recibir la revelación de las verdades y ser inspirados para enseñarlas con maestría a los hijos del reino. 
e.    Obediencia plena y disposición del corazón al Señor para ser perfeccionados cada día  (Hebreos 6.1). El apóstol Pedro nos enseña un proceso que todos los nacidos de nuevo tenemos que vivir. Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca (1 Pedro 5.10). Somos perfeccionados por la palabra viva que recibimos del cielo, somos afirmados en la obediencia de la justicia, recibimos el poder de Dios que nos da la fuerza para ser establecidos en nuestro lugar de autoridad en la tierra.

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