Tema 16: TERRIBLE PERDIDA GLORIOSA RECUPERACIÓN
Capítulo 01: MARAVILLOSA IDEA
Serie: EL REINO DE DIOS
Pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y la de ella; su simiente te aplastará la cabeza, pero tú le morderás el talón (Génesis 3:15-16).
“Un descendiente de la mujer aplastaría la cabeza de la serpiente para terminar con ese gobierno ilegal”
PRINCIPIOS
1- Adán, en un acto de rebelión, perdió el asignamiento legal de gobernar el reino de Dios en esta Tierra. Las consecuencias de acto de rebelión fueron terribles
- Pérdida de posición y disposición para gobernar.
- La transferencia de responsabilidad del reino a otras manos.
- Conciencia de sí mismo y vergüenza.
- Temor e intimidación de la autoridad.
- Pérdida de dominio sobre la naturaleza.
- Esfuerzos frustrados y odio al trabajo.
- Dolor e incomodidad.
- La necesidad de rendir cuentas.
2- La respuesta más significativa de esta terrible derrota fue su promesa al adversario, registrada en Génesis 3:15-16: Pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y la de ella; su simiente te aplastará la cabeza, pero tú le morderás el talón. El centro de esta promesa es la venida de un “descendiente” a través de la mujer que quebraría el poder del adversario sobre la humanidad y recuperaría la autoridad y el dominio que Adán una vez tuvo, y a través de un proceso de conflicto, restauraría el reino nuevamente a la humanidad.
3- Esta fue la primera promesa de un rey-mesías y del retorno del reino. Por lo tanto, la mayor necesidad del hombre se identifica mediante lo que él perdió; no perdió una religión ni el cielo, sino un reino. En la restauración de Dios y el plan redentor, el cielo no sería el enfoque primario o el objetivo del hombre, sino en cambio la redención, restauración y restablecimiento de su reino sobre la Tierra. Este sería el propósito principal y la misión del Mesías prometido.
4- Desde el momento en que se soltó esta calamidad, la religión ha sido un intento en vano por recuperar la presencia de Dios o compensar la pérdida. Las palabras de Jesús deben resultar comprensibles para nosotros: Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece. Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos los humildes, porque recibirán la tierra como herencia. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados (Mateo 5.3-6). Jesús identificó la necesidad primordial, el ser humano es espiritualmente pobre, tiene una carencia natural y una necesidad inseparable.
APLICACIÓN
Jesús declaró que la solución no era una religión sino el reino. Además reconoció que toda la familia humana está en llanto continuo, como si algo se hubiera muerto o estuviera perdido, y consideró la venida del reino como el consuelo a ese lamento. El hambre de toda la humanidad por esta justicia será saciada cuando el reino se establezca en cada corazón y vivan una realidad de los principios y valores celestiales. Jesús sigue diciendo: Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana (Mateo 11.28-30). ¡Esta es la respuesta más maravillosa que un ser humano pueda recibir! No se trata de religión, sino de una relación con nuestro Creador.
DECLARACIÓN DE FE
Estoy listo para correr a los brazos de mi Señor, me libero del yugo del enemigo y de las cargas de mi pasado. Ahora mismo recibo le yugo de Cristo en mi vida y acepto su carga porque es ligera. A partir de hoy inicio mi mejor temporada en su presencia divina. Amén!
ORACIÓN
Dios eterno, maravilloso Jesús, gracias por venir a recuperar el reino que Adán entregó en el Huerto del Edén a Satanás, ahora estoy listo para ser un embajador legalmente constituido para gobernar en esta Tierra. Quiero ser un digno representante y dar frutos abundantes para tu gloria eterna. Amén!
Con amor… Dr. José Félix!!