Tema 20: EL PODER DE LA HUMILLACIÓN I Capítulo 5 I Serie: YARESH

Tema 20: EL PODER DE LA HUMILLACIÓN

Capítulo 05: PODER ACTIVO DE DIOS

Serie: YARESH

Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros (1Pedro 5.6-7).

PRINCIPIOS 1- La exaltación de los hijos de Dios siempre va después de la humillación. Esto quiere decir bajar la cabeza en señal de sumisión. Sentirse inferior a los demás. Reconocer una condición más pobre ante otra persona. Humillarnos ante nuestro Dios es reconocer su poder y su gloria sabiendo que con él somos más que vencedores. Humillaos delante del Señor, y él os exaltará (Santiago 4.10).

2- La humillación ante Dios requiere que le demos el primer lugar, la preeminencia en todo en nuestras vidas, que reconozcamos su señorío y majestad, su poder infinito, su amor y misericordia hacia nosotros, porque dice la Escritura que el que se humilla será enaltecido. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido (Lucas 18.14).

3- La humillación nos lleva a la obediencia ciega, es el momento en que quebramos nuestra cerviz del orgullo y aceptamos a Dios como un Padre que nos ama al cual obedecemos absolutamente. Este fue el ejemplo que vemos de Jesús, en el momento que se humilla, él es enaltecido. El apóstol Pablo lo explica de esta forma: …y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz (Filipenses 2.8).

4- Humillarnos nos hace justos, no por nuestra propia justicia, sino porque hemos sido redimidos, comprados, justificados, por Jesús. Esto quiere decir que ya no tenemos que pagar nada por los pecados cometidos, todos nos son perdonados y tenemos acceso a la gracia de Dios de una manera directa.

APLICACIÓN La humillación nos abre puertas a ser bendecidos, prosperados, exaltados, recibimos de parte del Padre la bendición de ser arropados bajo sus alas, es por esto que la humillación a Dios se convierte en PODER ACTIVO.

DECLARACIÓN DE FE Elijo en este momento buscar la humillación completa delante de mi Dios para tener su poder. Amén.

ORACIÓN Dios mío y Padre amado, hoy me refugio bajo tus alas y reconozco tu señorío sobre mi vida, acepto que he sido limpiado de mis pecados y justificado por el único Justo, mi Señor Jesús, quien pagó el precio por mis faltas y ahora tú me ves limpio y apto para recibir la herencia de los santos. Amén.

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