¡PRIMERO CREE!

¡PRIMERO CREE!

¿Como puedo dar fruto sin creer en mi llamado?

El llamado proviene de Dios, y si Dios lo ha venido confirmando en varias ocasiones no importan otras cosas, es lo que Dios tiene para ti. Si otras personas no aprecian lo que Dios pone en sus manos, tu desafío es abrazarlo con mucho aprecio y responsabilidad, sobre todo en la gran comisión ya que es un mandamiento y no es opcional.

Si puedes dar fruto, ganando almas puedes ser usado por Dios. Gran comisión = mandamiento.

Cuando uno es joven (yo tengo 18 años) es común que no sabe lo que quieres. Y como jóvenes dudamos de lo que Dios ya ha dicho que va a hacer con nosotros, por que entra la duda, el temor, los pensamientos negativos e incluso el decir que estás muy joven o muy viejo para cumplir tu llamado.

A Dios no le importa tu edad, ni que tanto sabes de la palabra, a él le importa cuanto anhelas ser usado por él para bendecir y
transformar a otros, dejar huella en tu generación.

1Timoteo 4:12-16
12 “Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.”
13 “Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza.
14 No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio.
15 Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos.
16 Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.”

Cree en tu llamado,en lo que Dios ya ha depositado en ti, sigue perseverando en la oración, guárdate cómo joven, marca la diferencia y deja huella en todo lo que hagas.

HOY EN EL NOMBRE DE JESÚS REAFIRMO LO QUE DIOS YA PUSO EN TI.

¿Cómo podemos dar fruto si no tenemos ni la raíz? No podemos dar fruto si no tenemos ni la raíz plantada, es necesario primeramente plantar la semilla para que salga raíz y crezca la flor. Ahí es cuando daremos fruto. Espiritualmente y naturalmente, el fruto lo veremos en el crecimiento y cambio de las personas a las que hemos guiado y enseñado.

¿Como dar fruto? Gálatas 5:22-23 nos da un punto de partida: el fruto de su Espíritu es el amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Cuanto más dejemos que el Espíritu Santo tome el control de nuestras vidas, más evidente será este fruto. Juan 15:16). ¡El fruto justo tiene un beneficio eterno!

¿Como podemos dar un buen fruto? Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí (Juan 15.4-5). Una rama debe permanecer firmemente unida al tronco para mantenerse viva. Como discípulos de Cristo, debemos permanecer firmemente conectados a Él para seguir siendo espiritualmente productivos.

Un pámpano obtiene fuerza, alimento, protección y energía de la vida. Si se rompe, rápidamente muere y dejará de ser fructífero. Cuando descuidamos nuestra vida espiritual, ignoramos la Palabra de Dios, no oramos, y evitamos que nuestras vidas sean examinadas por el Espíritu Santo, somos como un pámpano desgajado de la vida.

Nuestras vidas se vuelven sin fruto. Necesitamos una entrega diaria, una comunicación diaria, un arrepentimiento y una conexión a diario, a cada hora, con el Espíritu Santo para “andar en el Espíritu, y no satisfacer los deseos de la carne”

Si mis relaciones no me están llevando a un crecimiento integral en mi misión entonces el crecimiento es en vano, por que estas creciendo tu pero ¿cómo estás haciendo crecer a los demás?.

¿Como sé si estoy dando fruto?
Vemos que a las personas a las que hemos formado o enseñado dan fruto, ya sea en ministerios, áreas de su vida, o con personas a las que se les ha enseñado.
Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y muestran así que son mis discípulos (Juan 15:8).

¿Como estamos influyendo en el crecimiento de otros?
Muchas veces nosotros mismos nos desanímanos, aun dejamos las cosas a medias por estar desanimados y queremos dejar todo tirado.

Una de las falsificaciones para dar buenos frutos es la simulación. Podemos convertirnos en expertos en las rutinas, las palabras y en “actuar como cristianos”
pero sin experimentar ningún poder real y sin dar fruto eterno. Nuestros corazones permanecen centrados en sí mismos, airados y sin gozo, incluso mientras seguimos los métodos para servir a Dios.

Podemos caer fácilmente en el pecado de los fariseos de la época de Jesús, al juzgarnos a nosotros mismos por la forma en que pensamos que aparecemos ante
los demás y al descuidar ese lugar secreto del corazón donde germina todo buen fruto.

Cuando amamos, deseamos, buscamos y tememos las mismas cosas que el resto del mundo, no estamos permaneciendo en Cristo, aunque nuestras vidas estén llenas de actividades relacionadas con la
iglesia. Y, a menudo, no nos damos cuenta de que estamos viviendo vidas sin fruto (1Juan 2:15-17).👀

JOVEN, Dios no se ha olvidado de lo que él te prometió, él te va a usar para bendecir a otros, espera su tiempo.

BIEN AVENTURADO EL QUE LE CREE A DIOS SIN VER NADA✍🏻

JOVEN NO PIERDES TU JUVENTUD POR SEGUIR A JESÚS, GANAS LA VIDA ETERNA….🙌🏻

De la pluma de Paola M. Jiménez

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