Devocional: Unción – Tema 19: MILICIA ESPIRITUAL- Dr. José Félix C.

Tema 19: MILICIA ESPIRITUAL Capítulo 07: BENDECIDOS Serie: UNCIÓN Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (Efesios 6.12). PRINCIPIOS 1- Si deseamos que se abran nuevos ciclos de bendición necesitamos ejercitar y practicar de una manera permanente el arte militar para tener dominio sobre los poderes espirituales que nos hacen resistencia para que las nuevas temporadas de bendición se han presente. Dios nos creó para tener dominio sobre todas las cosas en la tierra, visibles e invisibles, la Escritura dice que Dios dijo: Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza. Que tenga dominio… (Génesis 1.26; NVI). La naturaleza del ser humano fue creada para tener dominio, gobierno, la NTV dice “ellos reinarán”, dejando claro que Dios estaba otorgando la legalidad para que Adán y Eva fueran los “señores” y “amos” en esta tierra. Esto implica que los nuevos ciclos de bendición son legalizados cuando como hijos de Dios tomamos la autoridad para tener dominio en la tierra. 2- Como sabemos, el fracaso de Adán y Eva afectó a toda la humanidad y el poder de dominio le fue retirado a él y a toda su descendencia. Ahora vemos que esa afectación dejó el reino de Dios en la tierra en manos de un muy mal líder, el diablo gobernó durante 4,000 años hasta que Jesús vino para recuperar el poder de administrar el reino en la tierra una vez más. Pablo lo describe de esta manera: Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia (Romanos 5:17). 3. Algunas personas hablan de la existencia de dos reinos en la tierra, sin embargo esa es una teoría errónea. Por cuatro mil años, el diablo reinó de una manera ilegal en la tierra, pero Jesús destruyó al que tenía el imperio de la muerte, esto es al diablo (Hebreos 2.14). ¡En esta tierra solo existe el reino de la luz gobernado por la Iglesia de Cristo! Aunque el enemigo no tiene ninguna oportunidad de gobernar sobre nuestras vidas, siempre intentará entrar por las puertas que se abren por el pecado para obstaculizar los ciclos de bendición que el Padre tiene diseñadas para nuestras vidas. 4- El apóstol Pablo testifica a sus discípulos de Roma y Tesalónica (Romanos 1.13, 1Tesalonicenses 2.18): ¡pero Satanás nos estorbó! Cuando nos determinamos a entrar en los ciclos de bendición y los diseños del Padre para nosotros sean cumplidos, el enemigo siempre tratará de estorbar que nos conectemos con la fuente de la bendición y la gracia del Padre sea derramada. El profeta habla al pueblo de Dios: Vuestras iniquidades han estorbado estas cosas, y vuestros pecados apartaron de vosotros el bien (Jeremías 5.25). ¿Qué hacemos? Tratamos con la iniquidad, la rebelión y el pecado de una manera determinante, lo destruimos para siempre y ordenamos al diablo que salga de nuestro camino. APLICACIÓN Los cristianos que no toman autoridad sobre las fuerzas del mal tendrán mucha más dificultad para ver cumplidos los ciclos de bendición. Jesús nos sentó en la silla de autoridad para administrar el reino de Dios en esta tierra. Y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús (Efesios 2.6–7). Dios nos ha dado la autoridad y la capacidad de actuar de manera poderosa en este mundo. DECLARACIÓN DE FE Estaré ocupado en golpear las fuerzas del infierno hasta ver mis promesas cumplidas. Amén. OREMOS Glorioso Dios, estoy aprendiendo los secretos de tu reino para operar tu poder y destruir la resistencia que hace el enemigo para que los ciclos de bendición no se cumplan en mi vida. Gracias por darme esta gloriosa oportunidad de ver tu mano poderosa a mi favor. Dame fortaleza e inteligencia espiritual para ver con claridad los diseños que el Padre tiene para mí. ¡Amén!!