Devocional: Unción – Tema 08: LA LINEA SANGUINEA ESTABLECE DESTINO – Dr. José Félix C.

Tema 08: LA LINEA SANGUINEA ESTABLECE DESTINO Capítulo 07: BENDECIDOS Serie: UNCIÓN Nadab hijo de Jeroboam comenzó a reinar sobre Israel en el segundo año de Asa rey de Judá; y reinó sobre Israel dos años. E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, andando en el camino de su padre, y en los pecados con que hizo pecar a Israel (1Reyes 15.26). PRINCIPIOS 1- Nuestro destino está altamente influenciado por nuestra línea sanguínea. Así como tenemos un ADN físico que determina las características de nuestra personalidad, tenemos un ADN espiritual que influencia nuestros comportamiento como seres espirituales. Tenemos el color de ojos del papá, la complexión del físico del abuelo, la nariz similar a la de la mamá. También en lo espiritual se transmite la pobreza o riqueza de los padres, el espíritu noble o rebelde de los abuelos, el anhelo de buscar a Dios del bisabuelo. Al revisar los hechos del gran rey David nos daremos cuenta que muchos de sus pecados fueron originados desde su ADN espiritual. Su línea sanguínea procede desde Rahab, la ramera que cuidó de los espías en Jericó, también del vientre de Tamar al cometer pecado de incesto con el patriarca Judá. 2- Heredamos la maldición como la bendición, los malos como los buenos hábitos, en nuestra línea sanguínea se traslada la iniquidad en todas las generaciones, el Señor dijo en Éxodo 34.6 que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación. Aunque la iniquidad no es en sí un espíritu malo, si hablamos de la maldad impregnada en la sangre, lo relaciono con un virus o bacteria que afecta el buen funcionamiento de las funciones espirituales en el ser humano. 3- La promesa es que Dios es fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado (Éxodo 34.6-7). Si buscamos las tres palabras juntas, iniquidad, rebelión y pecado en la Biblia, encontraremos cuatro versículos donde se mencionan relacionadas entre sí. La iniquidad es injertada en el ADN espiritual (espíritu), la rebelión se aloja en el alma y el pecado se muestran en las acciones de nuestra naturaleza humana. En cinco versículos más se mencionan iniquidad y rebelión juntas, dando por sentado la relación que existen entre las dos palabras. 4. Si buscamos en la Biblia iniquidad y bendición juntas, no las encontraremos jamás, porque nada tiene que ver la iniquidad con lo que Dios desata en nuestras vidas para nuestro propio bien. El ADN contaminado es la base de nuestra línea sanguínea que produce la injusticia. Dios no puede bendecir la maldad, nunca aprobará las acciones que no están alineadas a su perfecta voluntad para nuestras vidas. Es por esto que debemos tomar como prioridad tratar con nuestra línea sanguínea para traer sanidad en nuestro espíritu. APLICACIÓN El apóstol Pablo nos anima a tratar con la contaminación de una manera integral. Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios (2Corintios 7.1). No es difícil entender el versículo, nuestro espíritu está contaminado, nuestro ADN está distorsionado al igual que la carne es contaminada con malos hábitos. El mismo versículo dice en la Biblia Jerusalén Latinoamericana: Teniendo, pues, estas promesas, queridos míos, purifiquémonos de toda mancha de la carne y del espíritu, consumando la santificación en el temor de Dios. DECLARACIÓN DE FE Mi destino está seguro con el ADN de Cristo, elijo esforzarme para transformarme a su imagen. Amén. OREMOS Dios maravilloso, gracias por el privilegio de ser tu hijo y de recibir esta información tan gloriosa para ver tu mano poderosa sobre mi vida. Quiero las bendiciones de Obed-Edom, que recibió en tres meses junto con su familia. En estas doce semanas quiero consolidar mi vida de una manera total para ser un verdadero hijo de Dios y que la herencia del Padre venga sobre mí y mi descendencia. Hoy