Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros.. para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos (2 Corintios 4.7–10).
“La vida de Jesús es manifestada en nuestros cuerpos mortales”
PRINCIPIOS
1- Cuidar la operación de los dones es nuestra responsabilidad. Lo debemos hacer de una manera continua y sistemática. Desde la iglesia primitiva hasta hoy se han tenido excesos en la operación de los dones espirituales. Un nuevo creyente quiso “comprar” el don al apóstol Pedro porque veía que al imponer sus manos la gente era llena del Espíritu Santo y recibía el don de hablar en otras lenguas (Hechos 8). Debemos tener presente “siempre” que somos representantes de Jesús en esta tierra. Cualquier cosa correcta que hagamos hace avanzar el reino, lo malo siempre dejará una mala huella para la iglesia.
2- Aprendamos algunas cosas que son muy importantes para tener cuidado en la operación de los dones espirituales. En primer lugar, el uso de los dones es para provecho de los demás y no de nosotros mismos. (1Corintios 12.7). El apóstol Pablo enseña que todos tenemos dones asignados por Dios. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere (1 Corintios 12.11). Estos dones nos son dados no por nuestra condición o para que nos gloriemos de lo que tenemos, sino con el fin de que sirvan a los demás.
En 1 Corintios 12.8-10 aprendemos que el Espíritu es el que decide a quién y que dones reparte, así que es importante mantenernos en humildad y operar los dones para que nuestro amado Salvador sea glorificado.
3- En tercer lugar, debemos conocer los dones. Cuando conocemos los dones espirituales, podemos ser formados en su uso, de tal manera que los errores en la operación son minimizados. ¿Que quiere decir esto? El conocimiento ayuda a saber operar los dones adecuadamente. La falta de conocimiento nos llevará a errar en el camino. Es importante recordar que el origen griego de la palabra “don” significa “carisma”. Lo interpretamos en nuestro contexto como una gracia, facultad milagrosa o un favor especial.
El creyente no merece ni puede obtener ningún don por fuerza propia. Esto nos obliga a conocer cuales son los dones específicos que el Espíritu nos ha asignado. El dicho popular dice: Zapatero a tus zapatos, entendiendo que cuando conocemos el don, podemos operar en él con los cuidados que cada don amerita.
4- En cuarto lugar, entendemos que solo somos el medio. Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros.. para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos (2 Corintios 4.7–10). Es sano entender que solo somos el medio por quien el Espíritu Santo se manifestará. El papel que nosotros jugamos en todo esto es que somos la vasija de Dios para que Él se manifieste en este mundo .
Dios no entrega los dones para hacer estrellas o levantar el orgullo de sus vasijas, sino para bendecir al mundo. Tampoco son la plataforma para el brillo personal, sino para establecer el reino de Cristo. Entender que somos solo vasijas, podremos mantener los pies en el piso y darle la gloria a Dios siempre.
5- En quinto lugar, los dones deben ser operados sistemáticamente. Cuando ya conocemos los dones que el Espíritu nos asigna, es indispensable que los operemos de una manera sistemática y continua. Esto quiere decir que los dones son para ponerlos en práctica. El apóstol explica a los Romanos: De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe (Romanos 12.6). La recomendación del apóstol es: ¡Úsese!
APLICACIÓN
Al momento que operamos el don de una manera continua podremos convertirnos en expertos en el uso del don que nos es asignado. El Espíritu Santo ha usado hombres y mujeres como vasijas para manifestar su poder en este mundo. En el Antiguo Testamento el Espíritu descendía sobre ciertas personas de acuerdo a sus propósitos, pero ahora Él está en nosotros y trabaja de una manera permanente para desarrollar la obra del Padre.
A cada uno de nosotros le es asignado al menos un don para beneficio de los demás. Al operarlo de una manera sistemática y continua, nos convertirnos en personas productivas en el reino de Dios. Por supuesto que debemos conocer íntimamente al que nos da los dones para asegurar la correcta operación de cada uno de ellos. Es un gran desafío ser esa vasija de Dios para ser usado en este tiempo.
DECLARACIÓN DE FE
Me dispongo hoy mismo a ser un instrumento de la gloria de Dios para ser un vaso de barro en sus manos que sea usado con poder para manifestar su poder en esta tierra. Amén!
ORACIÓN
Padre entiendo que tu no das el Espíritu con medida, quiero recibir la porción que tienes para mi, mi anhelo es operar el poder de tu reino en esta tierra y ser un instrumento para tus propósitos en esta tierra. Ayúdame a lograr una mayor intimidad con el Espíritu Santo, quiero vivir para cumplir mi destino profético en esta tierra. En el poderoso nombre de Jesús. Amén!
Con amor… Dr. José Félix!!