Vamos a un nivel profético mayor…
Es una gran responsabilidad transmitir las palabras que vienen del corazón de Dios, la operación del don de profecía implica madurez, siempre existirá la oposición de la naturaleza humana para desarrollar un ministerio profético puro y eficaz.
Por experiencia hemos visto que muchas veces que el Ismael precede al Isaac, la carne trata de producir lo que sólo el espíritu puede hacer.
Dios trata con sus vasos y permite que pasen su propio proceso de tiempo y experiencias a fin de desarrollar el llamado y sus dones de una manera efectiva y poderosa.
La preparación es requisito indispensable para servir en el campo profético. En ocasiones el Señor permitirá al ministro profético aprender de una manera dolorosa a fin de llevarle hasta la madurez, de hecho, no conozco a nadie que no haya tenido que quitar sus piedras de tropiezo del camino antes de comenzar a ser reconocido en el ministerio profético.