LA HISTORIA DE SARA PARTE 2

DIOS INTERVIENE A TIEMPO

Entonces sucedió algo maravilloso. Una plaga rápida y terrible descendió, arrasando la casa de Faraón y dejando solo a Sara intacta. El hedor de los estómagos vaciados a toda prisa pronto inundó el harén y todos los rincones de la casa del faraón. Cuando finalmente se levantó de su lecho de enfermo, Faraón llamó a Abraham. “¿Qué me has hecho?” acusó. ¿Por qué no me dijiste que Sara era tu esposa? Fingiste que era tu hermana. Ahora tu Dios me ha maldecido. ¡Tómala y vete!

¡Sara es dignificada! Obviamente no por su esposo, pero si por su Dios, es el momento donde ella se siento como la estrella única, Dios le ha sacado una sonrisa a Sara, le ha dignificado como una hija amada.

Así que Sara y Abraham fueron sacados rápidamente de Egipto y cargados con todos los regalos que Faraón podía otorgar. Una de ellas era Agar, una joven egipcia que se convertiría en la sierva de Sara. ¡Dios ha intervenido a tiempo! Dios prometió un hijo a Abraham y a Sara, no vendría de una relación ilícita de Faraón con Sara. ¡Cuánto cuidado de Dios para cumplir sus promesas!

Agar ha escuchado la historia muchas veces. De hecho, ella había vivido parte de eso, pero cada vez que cuenta la historia, deja de lado la parte en la que Dios defiende a Sara, eligiendo en su lugar, hablar sobre cómo debe haber sido para su ama convertirse en parte del harén del faraón. ¡Cuantas veces se acostó con Faraón siendo infiel para su esposo Abraham!

Sara conoce la tendencia de su sirvienta a chismear, siempre diciendo medias verdades para poner a su ama en una mala posición. ¿Por qué, se pregunta, alguna vez le dijo a Abraham que se acostara con Agar? En ese momento, había parecido una buena idea invocar la costumbre de dejar que otra mujer proporcionara un heredero cuando ella no podía. Tenía la esperanza de que aliviaría la vergüenza de su propia esterilidad. ¡Vaya ideas que se vienen a la mente cuando la frustración ha llegado!

En ese entonces, Agar había sido una niña pequeña, lista para hacer cualquier cosa que le pidiera su ama. Mansa y ansiosa por agradar, se fue muy contenta a la cama de Abraham. Sara lo había sugerido para quitar su vergüenza de la “maldición de esterilidad”. ¿Cómo podría haber sabido Sara que en el momento en que el vientre de la joven comenzara a hincharse con vida, engordaría con su propia importancia, comportándose como si ella, y no Sara, fuera la esposa favorecida? ¡Terribles consecuencias estaban en camino!

Así que Sara comenzó a despreciar a su joven sirvienta, haciendo de su vida una miseria. Abusó de Agar con palabras y trabajo hasta que finalmente se rompió aquella relación que parecía hermosa. Aunque estaba embarazada del hijo de Abraham, la joven había huido al desierto. Cuando eso sucedió, Sara sintió una punzada momentánea de culpa. Pero entonces Agar había regresado dando tumbos con tontas historias de un ángel que la había persuadido para que regresara. ¡Qué historias dice esta mujer! Seguramente Sara recordó algunos encuentros de ese tipo.

Desde entonces, Agar no ha sido más que problemas. Cómo desearía Sara que se la hubiera tragado el desierto.

A pesar de sus constantes conflictos, Sara envejece sabiendo que su lugar está seguro en el corazón de Abraham. ¡Saber eso es algo, pero no es absolutamente todo! Entonces sucede algo que la hace darse cuenta de que ella también es la primera en el corazón de Dios. Su vientre comienza a hincharse con un niño. Ella ignora las lenguas que se mueven y se divierte con todas las especulaciones. ¿Que está pasando en esta viejita estéril? ¿Cómo puede una mujer de noventa años sobrevivir al nacimiento de un niño? Incluso si lo hace, ¿cómo producirán suficiente leche sus senos arrugados?

¡Pero Sarah tiene confianza! Seguramente recuerda la promesa que Dios le hizo, primero en un sueño a Abraham, y luego el año pasado a plena luz del día cuando los visitó a ambos en su tienda cerca de los grandes árboles de Mamre. ¿Cómo pasar todo eso desapercibido? ¡Imposible! Sara reconoce que Dios esta interviniendo una vez en su vida para dignificarla.

Con amor… Equipo de #MujeresProfeticas

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